Bioenergía y desarrollo sostenible: Una Relación difícil

La necesidad de lograr la neutralidad de carbono para el año 2050 a fin de alcanzar las metas definidas en el Acuerdo de París de 2015, con el objetivo de mitigar las
peores consecuencias del cambio climático, exige que el aumento de la temperatura media mundial no supere los 1,5 ºC hasta fin de siglo respecto del nivel preindustrial, para lo cual las emisiones deberían mantenerse por debajo de las 25 GtCO
2eq/año en 2030 (IPCC, 2018). Esto implica quintuplicar los compromisos de reducción de emisiones asumidos en el Acuerdo de París (UNEP, 2019), lo cual hace evidente la necesidad de una transformación profunda de todos los sectores productivos, y en particular en el sector energético, en el corto plazo. Esto significa descarbonizar rápidamente el sistema energético mundial, con un aumento de la eficiencia energética y la reducción del consumo total de energía, al tiempo que se garantiza el acceso a una energía asequible, fiable y sostenible para todos, así como la protección del capital natural que sustenta la vida en la Tierra (UNEP, 2015; WEC, 2020; IRENA, 2020a).

En este contexto, se señala a la bioenergía como un componente clave en el menú de opciones para esta transformación del sistema energético. El debate no solo tiene que ver con la consideración de toda la cadena de bioenergía versus los estudios sobre un eslabón específico de esta, sino también con el tipo de recurso de biomasa que se considere en el análisis, su velocidad de explotación y el destino final de la energía generada.